MisiónHay en cartelera la película Living, remaque de Ikiru, de Akira Kurosawa. Esta versión está ambientada en la Inglaterra de los años cincuenta, pero los temas tratados son universales y atemporales. Uno es la burocracia de todos los Estados y Administraciones. Papeles, formularios y más papeles que van pasando de un departamento a otro sin que se resuelvan favorablemente (o no), con la exasperación del peticionario. El funcionario se auto-encumbra por encima del común de los mortales dándose importancia, engañándose a sí mismo de una manifiesta mediocridad.
Esto mismo también suele suceder con frecuéncia en todo tipo de empresas y organizaciones. Los distintos departamentos y secciones con sus jefes a la cabeza (hay los egos!!!) estan a la greña entre ellos, cuando no se declaran con sus dimes y diretes una franca hostilidad. Cada grupito en su capillita y que a los mios no me los toquen, descuidando que lo único importante i vital es satisfacer el cliente (interno o externo); y que sin éste la organización o la empresa pierde su razón de ser, se va al garete, desaparece.
La versión actualizada de toda esta burocracia i papeleo son los informes, raports y e-mail internos. En mi etapa profesional dedicaba 1 hora y media aproximadamente a estos menesteres, en detrimento del trabajo realmente productivo y que aporta valor. Especialmente sangrantes son los e-mails internos. Con ellos (abuso) todo el mundo se quiere cubrir las espaldas (queda constancia escrita), pero que hacen patente la desconfianza-mal rollo y la falta de compromiso entre compañeros. La mayor parte de esa información se puede dar de palabra. Es infinitamente más rápido, se hace interacción social y se crea vínculo corporativo.
Volviendo a la película, el protagonista es diagnosticado de una enfermedad terminal, se da cuenta de que se ha equivocado en la misión de su vida, de las vidas de todos nosotros, y que no es otro que servir e intentar hacer contentos y felices a los que nos rodean.
El otro tema es la incomunicación. Encorsetados dentro de las normas habituales de educación y cortesía, nos damos cuenta de lo difícil que es entablar una conversación que no sea banal (hablar del tiempo o del partido de futbol), y vaya al meollo de cuestiones delicadas o que pueden afectar a nuestros sentimientos, también en el ambito profesional. Y esto a menudo se nos hace una montaña cuanto más cercano sea el parentesco o el vínculo con nuestro interlocutor, y lo vamos posponiendo sine die. Seamos valientes y afrontemos estas conversaciones, a menudo son liberadoras y nos quitaremos un peso de encima. Ser un buen líder se manifiesta también en la manera como gestionamos todas estas situaciones con empatía, sensibilidad y profesionalidad.
Enero 2023