El anti-líder
El buen y auténtico líder es como un director de orquesta, que canaliza el talento individual de todos los músicos en aras de conseguir que el conjunto suene como un todo armónico, melodioso y bello. De hacer que todo funcione, un facilitador de las cosas, de que todo fluya, como un lubricante que engrasa todas las piezas para que ninguna chirríe. Un catalizador que facilita que la reacción química se produzca rápida y eficientemente.
Desde que a finales de Enero empezó su segundo mandato, en realidad mucho antes, ya que en campaña electoral y después de resultar vencedor el 4 de Noviembre el señor Trump no ha parado de hacer ruido, alborotar el gallinero, crear polémicas, lanzar amenazas a diestro y siniestro, mentir, confundir, desorientar, crear caos e indecisión. Si no cambia de actitud y modus operandi van directos al desastre.
Y no lo hará, porque en su egocentrismo narcisista y bufón cree que lo está haciendo de maravilla, que está interpretando la obra cumbre de su vida, y que todo el mundo está pendiente de él, y ciertamente por desgracia es así.
Es triste ver cómo se desmorona y cae un gran país que antaño fue una gran potencia y modelo a seguir para muchos.
Pero esto no ha sido cosa de un día para otro, y hace años que empezó su decadencia.

      Hagamos un poco de historia.
Es una opinión, pero a mi modesto modo de ver cuando el 22 de noviembre de 1963 fue asesinado el presidente JF Kennedy el país inició la bajada por la pendiente del declive, tanto moral como material. Como vencedor de la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos encarnaban los valores de libertad,democracia, igualdad y progreso. Espejo en el que verse reflejado para muchos Estados, sobre todo naciones pobres, ex-colonias y países en desarrollo.

Los USA fueron secuestrados por los poderes fácticos, los lobbies armamentístico, petrolero y financiero, que no dudaron ni escatimaron medios en aupar al poder a sus peones. Y quienes pudieran suponer un obstáculo en sus planes eran eliminados. Lo fueron el hermano del presidente, Bob Kennedy, y el activista pro derechos civiles de las personas de color Martin Luther King. Corria el año 1968. Se intensificó la participación en la guerra del Vietnam en clara oposición al sentir popular.
La CIA y el Pentágono fueron los promotores de todas las dictaduras y golpes de Estado en América Latina en los 70, amén de otras muchas operaciones por todo el mundo. El escándalo del Watergate para manipular la democracia, el fin del acuerdo de Bretton Woods que puso fin a la convertibilidad del dólar-oro y que supuso de facto la hegemonía del billete verde como divisa de intercambio y reserva en la economía mundial. La promoción de la desregulación financiera y comercial inició la epoca del libre intercambio de flujos monetarios y de bienes por todo el planeta, principio de lo que hoy conocemos por la globalización, con la deslocalización de la producción y el empleo a países con bajos salarios y pocas regulaciones laborales y medioambientales. Todo por la pasta, maximizando el beneficio. La avaricia elevada a la enésima poténcia, y claro,por supuesto, los bancos de inversión, las empresas tecnológicas, las armamentísticas, las multinacionales ganan más dinero que nunca. Pero esta terapia tiene unos efectos secundarios, en 30-40 años que lleva vigente han arrasado con casi todo el tejido productivo industrial manufacturero autóctono, que ha ido parar sobre todo a China, pero también a otros países como México, Vietnam, Bangladesh, etc.

      La derogación de la Ley Glass-Steagall en 1999, que limitaba la operatividad de los bancos, inició la orgia de la ingenieria financiera y "la exuberáncia irracional", en palabras de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal.
La caída de las torres gemelas del World Trade Center supuso bajar varios peldaños de golpe en este descenso, pues demostraba cuán débil y vulnerable era. Luego vinieron las guerras de Irak, Afganistán y Siria. Todo parecia que iba de maravilla, pero aquello no podia durar poqué todo se sustentava sobre arenas movedizas. El crack bancario de las hipotecas subprime del 2008, en que a punto estuvo todo el sistema económico de irse al garete, nos devolvió amargamente a la realidad. Todavia se arrastran las consecuéncias. Luego vino el parón de la pandemia y acto seguido la guerra de Ucrania, con lo que supuso de sanciones, embargos y demás. Esto hizo reflexionar sobre lo fragil que es el sistema. Un virus, la contaminación, un accidente, el bloqueo del canal de Suez o Panamá, pueden afectar a todos los países en cuestión de dias o semanas. Las cadenas de suministro y transporte globales hacen que cuando un eslabon falla, las otras pueden caer una detrás de otra como fichas de dominó. Y ahora el último eslabón de esta serie es la astracanada de los aranceles del señor Trump.
Si hacemos un repaso de los líderes-presidentes desde Kenedy, pocos se salvan de la quema, a mi juicio solo Jimmy Carter y Barak Obama.

      Es el final del American way of life (también incluiría a todos los países ricos). Los buenos tiempos (tal como se entendian en el siglo XX) no volverán porque el entorno, las circunstancias y el mundo han cambiado, y ni sus dirigentes ni los que los votan se han dado cuenta. Estamos en otra pantalla. Aunque se proponga y sea deseable producir lo más próximo al consumidor, esto no va a resolver los problemas de desempleo y reparto de la riqueza, porqué el trabajo lo haran las máquinas (automatizacion, robots y la IA). Y revertir la globalización no se hace de un dia para otro ni a golpe de aranceles, desandar el camino llevará años.
El modelo está agotado, no da más de sí. Hay que buscar una alternativa. Continúar deambulando obcecados por la misma senda nos lleva directo al desastre.
Hace falta un cambio de rumbo, lo contrario, insistir en querer quemarlo todo, como hizo Nerón con Roma, no nos lleva a ninguna parte. Se requiere una nueva visión, un orden nuevo más justo, equilibrado y solidario en que todo el mundo, todos los países, todas las personas tenga cabida, sin exclusiones. En fin, queda claro que el señor Trump es un anti-líder de manual. Aquí en suelo patrio también podríamos incluir en esta categoría al señor Mazón pero esto lo dejaré para otro día. Un buen líder no crea divisiones y enfrentamientos, polémicas y trifulcas. No puede decir hoy sí, y mañana no. Hoy blanco, mañana negro. No se esconde ni da excusas, afronta los problemas y dificultades, da la cara. No es un pusilánime ni un veleta. Un buen líder tiene la visión, y su misión es guiar, conducir y acompañar al grupo en la consecución del objetivo. No va a tientas ni dando palos de ciego… y es que el mundo afronta problemas muy graves (sobrepoblación, agotamiento de los recursos, cambio climático, sequías y desastres naturales, falta de alimentos, etcétera, etcétera.)Si todos los países no se ponen de acuerdo y empiezan a remar juntos para paliarlos, el futuro de la humanidad es sombrío, muy sombrío.

Si quieres profundizar en el tema y el personaje te dejo 3 películas-documentales y un par de links

- Faherenheit 9/11       y       ¿Qué invadimos ahora?       de Michael Moore
- The Apprentice       de Ali Abbasi

- Intervenciones de los USA por el mundo       - Dictaduras y golpes de Estado en Latinoamérica


Abril 2025