Uruguai is diferent
Me ha sorprendido gratamente un artículo de prensa en que se glosa el buen hacer político, sentido común y espíritu democrático de Uruguay. El ejemplo de este país del Cono Sur no tendría de ser la excepción, si no la regla donde reflejarse en el espejo de todos los demás. Y es que el ejercicio de la res pública exige ponerse al servicio del pueblo, que ha escogido a esos representantes para que administren y gestionen el bien común, procurando la máxima eficiencia y ecuanimidad. La administración de lo público se tendría que ver como un servicio al resto de conciudadanos, y por un tiempo limitado, como hace años lo era el servicio militar cuando era obligatorio.

           

En cambio por estos lares hay la mentalidad de que hay que meterse en política para hacer dinero, como en su día manifestó el señor Zaplana; o para para gozar de privilegios, sinecuras y regalías de por vida, porque aquí la política se ha convertido en una profesión. Que se lo digan si no a Nadia Calviño o Ximo Puig, que después de ejercer en suelo patrio ahora torean allende nuestras fronteras en organismos europeos. Como también han hecho Luis de Guindos o Rodrigo Rato en sus tiempos, por poner solo cuatro ejemplos.
Por no hablar de las puertas giratorias, sales de la política y entras en Telefónica, Endesa o Naturgy. Y luego está el cáncer de la corrupción, problema endémico y generalizado a todos los niveles, pero mejor no hablemos porque podríamos llenar páginas y páginas. Tambien hay que citar esa fea costumbre entre políticos de diferentes facciones de tirarse los platos por la cabeza, los insultos, los improperios, y el tú más. Además de llevar la contraria por sistema, porque es el contrario, y si él dice sí, yo no; y si el blanco, yo negro.
Dicen que cualquier país tiene los políticos que se merece, y quizás sea cierto de alguna manera, pero yo me niego a aceptar que la mayoria de españoles esten de acuerdo con estas actuaciones, que en su conjunto hacen que cualquier ciudadano de bien sienta vergüenza de todos estos representantes de la soberania popular, porque cuando los eleigieron con la mejor de las intenciones, no podian imaginarde ninguna manera esta falta de etica, compromiso y dignidad.
¿Pero a ver, no se trata de administrar la casa común,el país de todos? Mismamente parece todo lo contrario, una lucha encarnizada de cada Comunidad, de cada partido para ostentar su cuota de poder, llevar el asco a su sardina, y obtener ventaja y privilegios a costa de los otros, sin que esos otros les importen lo más mínimo.
Ya lo dice el refrán: "divide y vencerás". Mientras prevalezca el yo y los míos, y no el nosotros como comunidad unida en los objetivos y solidaria, no vamos a ir bien.
Volviendo al Uruguai solo cabe felicitar a sus ciudadanos por el buen criterio que tienen al elegir como administradores a líderes de la talla de Pepe Múgica, Luis Alberto Lacalle o Julio Maria Sanguinetti. Chapeau!

P.D. Pueden leer al artículo:
" Para tener verguenza de ser españoles " de John Carlin en La Vanguardia 24-03-2024 pag. 28